Mis talleres de escritura

Dicto talleres de escritura creativa y narrativa, tanto de forma presencial –en Buenos Aires y en La Plata– como a distancia, en modo online.

Trabajo con consignas: ideas que funcionan como estímulos o “disparadores”, que promueven el aspecto lúdico de la escritura y ayudan a desarrollar y expandir la propia creatividad.

Además, cada semana propongo la lecturas de cuentos, fragmentos de novelas, artículos y ensayos acerca del arte de escribir, entrevistas a escritores, etc.

* * *

En 2024, edité y prologué Una cacería imposible, una antología de cuentos escritos por los y las participantes de mis talleres durante ese año. La podés descargar gratis en pdf o en epub.


Copio a continuación el prólogo completo del libro:

¿Por qué escribimos? Es una pregunta que no tiene respuesta. O, mejor dicho, tiene respuestas múltiples: ninguna definitiva. Escribimos porque necesitamos expresarnos, para ordenar nuestras ideas y sensaciones, para fijar recuerdos, para sacar afuera lo que llevamos dentro, para hacer catarsis, para exorcizar demonios, para contar historias. Quizá no estemos hechos más que de historias: las historias que les contamos a los demás, las historias que los demás nos cuentan a nosotros, las historias que nos contamos a nosotros mismos. La pulsión por contar historias nos atraviesa. Lo advertimos cuando nos sucede o presenciamos cualquier aventura, aun la más trivial, y enseguida le decimos a alguien: «Te tengo que contar algo» o «No sabés lo que me pasó». «Las cosas que nos pasan cobran sentido cuando las oímos contadas: recién ahí entendemos –anotó Juan Forn en su novela Puras mentiras–. Le decimos a alguien (o alguien nos dice a nosotros) qué nos pasó, y de pronto es eso lo que  nos pasó». Tal vez por eso escribimos: para tratar de entender, de entendernos.

El breve cuento «Nacimiento», de Vicente Batista, dice:

Los antropólogos de la Universidad de Duke, en los Estados Unidos, estiman que el hombre de Neanderthal, que habitó la tierra hace más de cuatrocientos mil años, poseía el don de la palabra. Esta novedad podría contestar una pregunta que hasta hoy no tenía respuesta.

Para encontrar esa respuesta habrá que retroceder hasta una tribu de Neanderthal, una noche en especial. Los hombres y mujeres están alrededor del fuego, buscan calor y celebran el fin de otra jornada. A la mañana de ese mismo día, los hombres habían partido de caza en busca de alimentos. Las mujeres, en tanto, cuidaban a sus críos. Ahora que el sol ya se fue, es tiempo de descanso y de contar las experiencias del día. Cada hombre dice cómo atrapó a la presa que perseguía. No sabe mentir.

Pero para uno de estos hombres la caza había sido un fracaso. Cuando llega su turno, no tiene proezas para contar. Entonces decide inventarlas. Miente una cacería imposible. Lo hace con tal perfección que transforma esa mentira en una historia bella y apasionante. Todos piden que la repita. Aquella noche, sin saberlo, ese anónimo hombre de Neanderthal acababa de inventar la literatura.

Y de pronto había sido eso lo que le pasó.

En un sentido, la escritura también es una cacería imposible, como la inventada por aquel anónimo hombre de Neanderthal. Porque consiste en la búsqueda de la palabra precisa, la frase que exprese a la perfección lo que queremos decir: pero la frase perfecta es huidiza, quimérica, inasible, acaso porque no existe, y sin embargo eso no le impide ser la presa que nos motiva para salir de cacería, obcecados, una y otra vez.

Esta antología reúne dieciocho relatos surgidos de los talleres de escritura creativa que coordino. Es sólo una muestra de la actividad que estas mujeres y estos hombres desarrollaron, semana tras semana, a lo largo de todo el año. Siento orgullo y alegría por haberlos acompañado durante este tiempo y por la posibilidad de ofrecer ahora este material, el resultado de esas cacerías, de esa pulsión por contar historias, por tratar de entender.

Entre todos los decálogos y listados de recomendaciones para escribir que se han formulado, hay un consejo de Chuck Palahniuk que me gusta especialmente: «Utiliza el escribir como una excusa para hacer una fiesta cada semana, incluso aunque a esa fiesta la llames taller». Ese es mi objetivo. En eso pienso –y eso procuro– en cada encuentro de cada uno de mis talleres. Ojalá para vos, lectora, lector, la experiencia de conocer estos textos resulte también, de alguna manera, una fiesta.

* * *

Si querés saber más o te interesa participar, podés escribirme a cristianvazquez24@gmail.com

O enviarme un whatsapp al (+54 9) 11-3599-6035